Invertir en tu cuerpo puede ser una buena idea por varias razones. Por ejemplo, hacer ejercicio puede ayudarte a liberar endorfinas, también llamadas “hormonas de la felicidad”, lo que produce una sensación de bienestar que nos hace sentir mejor con nosotros mismos y tener un estado anímico más positivo. Además, el ejercicio puede ayudarte a dormir mejor. También se ha demostrado que el ejercicio físico reduce el riesgo de padecer cáncer. Si ya padeces diabetes, el ejercicio ayuda a regular los niveles de glucosa y permite reducir la ingesta de medicamentos. Por último, invertir en tu cuerpo puede ayudarte a desarrollar una mayor calidad de vida.
Ser atractiv@
Sentirse físicamente atractiva puede tener ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, las personas atractivas físicamente pueden ser vistas como más competentes e inteligentes que las menos agraciadas. Además, el estereotipo de que las personas atractivas son más felices, exitosas y capaces de actuar como motivación. Sin embargo, la necesidad o inquietud por responder a unos estándares puede hacernos mejores, pero también elevar la presión que cargamos sobre nuestros hombros.